Es primavera, siento que mis tetas quieren rebosar del sujetador y los hombres me follan con la mirada.
En el metro, me fijo en un hombre de rasgos fuertes y marcados, muy moreno. Intento predecir el tamaño y forma de su pene erecto. Es inevitable imaginarse una escena de sexo duro al ver a alguien que te atraiga.
Me humedezco los labios con la lengua y le miro a los ojos. Sus ojos son oscuros y profundos; me devuelve la mirada y me deshago por dentro.
Es mi parada, me levanto y noto como el calor recorre mi cuerpo. Siento como me penetra con la mirada por detrás, es un buen día para llevar shorts. Un escalofrío me recorre el cuerpo, se ha levantado y espera tras de mi que las puertas se abran.
Noto su respiración, su olor... me cosquillea en el cuello. Espero que me diga algo, y comienzo a nota su mano grande y áspera por mis caderas: acaricia mi culo y se aproxima a la cremallera.
Las puertas se abren y salgo del vagón, doy 4 pasos y noto como alguien me tira de la mano. Es él.
(...)
Observo como su marcada nuez se mueve al beber la cerveza, desde pequeña me hipnotizaban las nueces de los chicos.
Los hombres morenos me vuelven loca, sobretodo cuando tienen ese aspecto salvaje, desaliñado y tosco. Su piel tostada es suave y lisa, sin imperfecciones. Daría lo que fuera por lamer su cálida piel.
Me agarra las tetas con fuerza y me come la boca. Estoy hipnotizada y cachonda. Su camiseta ha desaparecido y la mia también. Contemplo el contraste de nuestros cuerpos al abrazarse.
Al tocarme me estremezco, pierdo la razón y me dejo llevar por el placer.
Tal y como me imaginaba, tiene un pene enorme y fuerte, que no dudo en saborearlo y disfrutarlo con mi boca.
No me da tregua después de haberme corrido y me sigue follando con todas las fuerzas y posturas posibles...
Nola :)